Una de las razones por las que ha sido tan complicado diagnosticar correctamente y a tiempo el celiaquismo es que, al ser sistémica y de naturaleza autoinmune, los síntomas pueden variar enormemente de un organismo a otro.
Para empezar, existe lo que llamamos enfermedad celiaca clásica, cuyos síntomas clínicos son más o menos consistentes de un paciente a otro. Pero, el tipo clásico no es el más común en adultos.
Al contrario, existen otros tipos de celiaquía con manifestaciones sintomáticas tan variables (o sin ellas) que complican mucho el panorama. Para sumar, las pruebas de laboratorio son costosas y ni siquiera los resultados de análisis genéticos son 100% concluyentes.
El diagnóstico se logra mediante la combinación de la historia clínica del paciente y diversos estudios. Por otro lado, la realización de biopsias del intestino delgado es parte fundamental del proceso diagnóstico de la EC, siendo imprescindible una recogida, transporte e interpretación correcta de las muestras.
En ciertos niños y adolescentes con síntomas muy claros, no será necesario, pero en adultos, la biopsia intestinal sigue siendo obligatoria en todos los casos.